jueves, 15 de noviembre de 2012

El perro y el cartero.

"Los perros son increíbles, los hay de todo tipo: juguetones, traviesos, agresivos y berrinchudos. Cuando me acerco a un can por primera vez lo hago con mucha cautela por que igual te saluda cariñosamente o te tira una inolvidable mordida. ¿Que creen? Los hombres somos muy parecidos a estos cuadrupedos (si, ya lo sabias). Y como los perros, también hay hombres de todo tipo (puedes leer la lista nuevamente). El tema es que esa naturaleza perruna de nuestra masculinidad no se puede eliminar, lo mejor es aprender a vivir con ello y sacar ventaja (para tiene un infiltrado).
De niño paseaba en bicicleta por las calles cerca de la casa donde crecí, había un perro que se llamaba Superman. Era negro, feo y cuando pasaba afuera de su reja me ladraba y me perseguía, yo pedaleaba mas fuerte y libre sus ataques casi siempre, hasta que un mal día me alcanzo (ouch!). Durante un tiempo pude ver la cantidad de gente que pasaba en bicicleta cerca del perro en cuestión y la historia era similar, lo vi morder a decenas, excepto al cartero. Claro que el perro lo correteaba pero nunca -durante los años que vivió el Superman- mordió al hombre del correo. ¿La causa? mas sencilla de lo que parecía, digamos que la kryptonita de este antiheroe canino era que sus objetivos se detuvieran, que no intentaran escapar, con eso terminaban los ladridos y su ímpetu de seguir corriendo. El cartero lo sabia, yo lo descubrí tarde. Pero tiene lógica, todos los perros hacen lo mismo cuando corren tras de un auto: lo alcanzan, dan la media vuelta y van de regreso (nunca he visto a algún con de aferrado mordiendo una llanta).
Pues así somos los hombres, corremos con la lengua de fuera tras de una mujer para clavar sin piedad en su tierna piel. Y entre mas corren, mas ladramos y mas estamos atrás de ustedes, pero cuando llegamos a donde nos habíamos propuesto, cuando nos acostamos con ustedes, cuando las enamoramos, cuando se termina el reto... igual que pasaba entre Superman y el cartero, damos media vuelta y regresamos nuevamente a casa.
¿Pero que pasaría se no te dejas alcanzar tan fácil? Seguramente Superman o el chico de tus sueños te perseguirá por muchas calles mas, ¿no crees? Mi consejo es sencillo: cuando un chico te persiga sigue pedaleando, no te detengas aunque quieras hacerle las cosas mas fáciles, manten ladrando a ese perro que te gusta, que te persiga y, ¿por que no?, deja te morder de vez en vez. Recuerda que cuando te dejes alcanzar parara de ladrar, dará la vuelta e ira a casa a esperar otra bicicleta u otra mujer, lo que pase primero.
Así las cosas." - Un hombre.

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